Sabemos que el Amor es el sentimiento más hermoso y una de las emociones básicas en nuestra vida, por eso el amor materno es clave y fundamental en la relación y en la evolución afectiva de nuestros hijos; ya que le permite establecer a lo largo de su crecimiento una buena relación con sus familiares y los seres humanos que lo rodeen. Educar y criar en el afecto ayuda a la inteligencia emocional de los pequeños de la casa. Por ello hay que ofrecer amor a nuestros hijos siempre.
Parece mentira, pero todo niño viene al mundo preparado para llamar la atención de sus padres inicialmente y después a todos los que estén a su alrededor para que lo colmen de afecto.
La realidad es que no podemos estar todo el día prestándole atención al niño porque existen obligaciones, necesidades, trabajos y actividades por realizar; pero si es indispensable para la evolución afectiva de nuestros hijos, dedicarle el mayor tiempo posible para prodigarles nuestro amor, dedicarle atención, sonreírles, acariciarles y proporcionarles seguridad en nuestros brazos cada vez que podamos hacerlo y cuando ellos lo necesiten.
Si el niño llora reclamando nuestra atención hay que atenderlo, nos necesita, le hacen falta nuestras caricias, que lo miremos, le hablemos con ternura. Esto nunca le va hacer mal; por el contrario, le va a enseñar a expresar amor y valorar a las personas que estarán con ellos en su formación familiar, escolar y social.
Todos los niños tratan de reclamar la atención de los adultos, sobre todo cuando están distraídos no prestándole atención haciendoles sentir ignorados; y si en ese grupo está la madre o el padre el niño tratará de buscarlo o llorará para que se ocupen de él.
Si la madre es afectiva, controlada y comprensiva toma a su niño en brazos, lo besa y lo calma rápidamente; la actitud del niño pasará desapercibida por los demás.
Lo que pretendo sugerir es que las madres y los padres debemos darle “amor” “atención” ”cuidados” cada vez que podamos hacerlo y cuando nuestros hijos lo requieran. Es una forma sana de acompañar a nuestros pequeños en su crecimiento y formación como adultos; además de prepararlos para un entorno cada vez más convulsionado en el que la inteligencia emocional será crucial para afrontarlo.
Cuentanos cual es tu fórmula para ofrecer amor a tus hij@s.
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