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La estimulación positiva a través de las caricias

Las caricias son señales de afecto o de amor que generalmente demostramos con algún tipo de contacto físico suave. Su empleo, sobre todo en los primeros años de vida constituyen una estimulación positiva que refuerza la autoestima y la forma como los niñ@s se relacionan con el entorno.

Según R. Kertesz, una caricia, es un estímulo intencional dirigido de una persona a otra persona; y podríamos decir que una caricia es la invitación de una persona a sentirse bien. Caricias, son las cosas que hace o dice la gente para reconocer a otras personas y hacerles ver que son importantes.

Las caricias proporcionan buenos sentimientos, sentimientos de bienestar. Las caricias positivas invitan a las personas a sentirse bien, en ellas hay implícito un mensaje de importancia, valoración y afecto. Una caricia puede ser una palabra amable, un beso, un abrazo, el guiño de un ojo, una sonrisa.

En los niños, las primeras caricias que recibe al nacer son físicas, vitales para su supervivencia tanto como para su desarrollo y seguirán siendo importantes a lo largo de su vida. Es por esto que las caricias físicas llevan una carga de energía muy potente, permitiendo además una estimulación positiva que, según este artículo,  contribuye a:

Reforzar los lazos filiales: constituyen un excelente medio para transmitir sentimientos de amor, ternura y apego.

Educar: Cuando se le da caricias a un niño él aprende también a darlas.

La salud mental y física

Perfilar la personalidad del niño: Quien es acariciado se sabe importante, respetado y amado. Todo esto lleva a la construcción de una identidad y personalidad seguras.

La felicidad

En general, todos los seres humanos desde que nacemos necesitamos atención, ser tomados en cuenta, que nos digan o nos demuestren de alguna forma, lo importantes y queridos que somos.

Un niño que crezca en un ambiente lleno de caricias a  su alrededor será un adulto sano emocionalmente, que mirará directamente a los ojos a los demás y sabrá hasta donde acercarse para no invadir a las otras personas. Vivirá lleno de caricias porque aprenderá a recibirlas; ya que ha crecido aceptando el afecto de los demás.

¿Acaricias a tus hijos?

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