Cuando de pequeña me insistían que fuera agradecida, que pidiera las cosas con educación, a cualquiera de la familia y más a un adulto, no se equivocaban. Tratar de que los niños aprendan a que dar las “gracias” y a decir “por favor”, definitivamente creo que los hace mejor personas, ya no porque sean educados, sino porque sepan que las personas en general no están a su servicio. La educación comienza en casa, es así sin lugar a dudas.
Comencé a decirle a mi hija que tenía que dar las «gracias» y pedir las cosas «por favor», al principio habían días en que creía que me pasaba un poco, de tantas veces que le repetía lo mismo, que diera las “gracias” y que dijera “por favor”, hasta que fuimos a un sitio muy conocido aquí en Valencia y compramos galletas, un zumo natural, etc. y cuando la dependienta le entregó las galletas a Isabella, ella dijo “gracias”, sin yo haberle dicho ¿Qué se dice?, la chica me dijo que era la primera niña desde hacía muchísimo tiempo que un niño le daba las gracias y mucho menos con sonrisa incluida. He de reconocer que me sentí como nunca, ¡daba frutos mi insistencia!.
Cuando a veces me pregunta, y ¿por qué?, le contesto que siempre es de agradecer que nos regalen una sonrisa cuando alguien nos atiende en su trabajo, y que cuando es un miembro de la familia, lo hace desde el afecto y el cariño, no está obligado a servirnos y eso también se agradece.
Espero ser yo quien le de lecciones por ahora a mi hija, porque recibirá muchas en la vida…