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El tercer hijo

No conozco a nadie que no haya entrado en pánico al enterarse de que esperaba su tercer bebé. Y tampoco conozco a ninguna madre que no haya quedado encantada luego de tenerlo.

Después de criar dos hijos por un tiempo se adquiere mucha experiencia en lo referente a cuidados, alimentación, enfermedades, etc. Con la llegada del segundo se intentan corregir los errores que se cometieron con el primero, y a la vez comienzan otras nuevas experiencias, como la convivencia de los dos hermanos. Pero cuando llega el tercer hijo el disfrute es TOTAL. Ya dispones de mucha información y te puedes dedicar a disfrutar desde la lactancia hasta los paseos; no hay tanta angustia con los trasnochos pues ya sabes que acabarán pronto. Cuando lo duermes en brazos mientras le cantas sientes que ese momento de tu vida (y la suya) pasa muy pronto y quisieras que no acabara nunca. Te llenas de paciencia porque los entiendes mejor y hasta cambias los pañales con tanto cariño que se agobian de tantos mimos. Es maravilloso ver tu mesa llena a la hora de comer y comprobar cuánto han crecido tus hijos, ver lo distinto que es cada uno con su personalidad única.

Y cuando ese pequeño bebe va creciendo, juega a sus anchas con sus hermanos mayores, se vuelve mas independiente, ya no quiere dormir en brazos, se cansa de los besos, te cambia por la tele… tú solo quieres que siga siendo tu bebé.

Durante el embarazo de mi tercer hijo estuve preocupada ante la perspectiva de que los hijos pasarían a ser mayoría en nuestro hogar. Y al final resultó ser la más satisfactoria de mis tres maternidades. Ha sido maravilloso.

Todo cambio en la vida produce miedo, y a veces pánico cuando se trata de hijos. Cada hijo es un cambio y después de cada hijo no sabríamos vivir de otra manera.

Tengo una gran amiga con tres hijos. Ya uno se fue de casa, y los otros dos se irán muy pronto entre universidades y parejas. Ahora ella piensa que debió tener un cuarto hijo. El tiempo se le pasó muy pronto y la sola idea de vivir sin hijos en casa también le da pánico.

La autora es madre de dos niñas de seis y cinco años, y de un niño de dos años.

Zulin Wilches

4 comments

  1. mercedes antich de castillo

    absolutamente cierto todas las reflexiones del articulo. yo disfrute tanto a mi tercer hijo que sin ninguna duda me entusiasme con un cuarto con el cual trate de prolongar lo mas posible la relacion de madre y su bebe pero la realidad se impuso mi ultimo bebe se convirtio muy rapido en un hombre que tambien debio salir del hogar pero la vida es tan bella que cada dia nos muestra que cada etapa tiene su encanto y ahora disfruto tanto de dos nietos que Dios nos ha enviado a todos en la familia que no puedo dejar de recordar el nombre de aquel bello film » La Vida es Bella»

    1. Zulin Wilches Paniccia

      Me alegra que te guste el artículo y sobre todo saber que también has disfrutado tu maternidad al máximo. Yo por ahora juego lego, muñecas, soy el malo de Superman (nunca el bueno, mi hijo es el bueno) y paso el día respondiendo mil preguntas como por ej: «por qué no podemos tener un armadillo de mascota? son tan monos». Solo espero tener buena memoria para poder contarle mas adelante sus locuras y ocurrencias.
      Saludos.
      Zulin.

  2. Gracias por este articulo!! Venia buscando algun punto de vista optimista y solo habia leido malas experiencias o como si el tercero fuera un martirio! Los hijos son una bendicion.

    1. Si lugar a dudas son una bendición. Yo siempre digo que un sólo hijo da más trabajo que tres 🤣. Con el primero es mucha angustia, todo te preocupa porque no sabes muchas cosas, ya con el tercero eres una enciclopedia de sabiduría en todo lo que se refiere a niños. Es que hasta baratos son los terceros, no gastas ni la mitad que con el primero, ya sabes qué cosas no vale la pena comprar nuevo o sencillamente no lo vale la pena comprarlo 😁

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